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Vuelo con 45 chilenos deportados desde EE.UU. aterriza en Santiago: Más del 75% de los deportados tenían antecedentes penales, el resto estaba irregular

Ilustración chilenos deportados Imagen generada con IA. Click para ampliar T
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Durante la madrugada del viernes 23 de mayo, un vuelo chárter procedente de Estados Unidos aterrizó en el Aeropuerto de Santiago con 45 ciudadanos chilenos deportados. El operativo, coordinado entre ambos gobiernos, expuso una realidad muchas veces ignorada: gran parte de los expulsados enfrentaba procesos judiciales, tenía antecedentes penales o había incumplido la normativa migratoria estadounidense. Si bien algunos relataron condiciones adversas durante su detención, persisten cuestionamientos sobre su responsabilidad individual y la falta de autocrítica respecto a las decisiones que los llevaron a esta situación.

Puntos Claves:

  • Tres detenidos al llegar por órdenes judiciales pendientes:
    • Rodrigo Ignacio Rivera Lienan (23): Viajó a EE.UU. en noviembre de 2021, pese a tener tres órdenes por tráfico en pequeñas cantidades y otras dos causas por robo con violencia.
    • Mauricio Jesús Fuentes Jiménez (34): Condenado por tráfico de drogas con pena de libertad vigilada, nunca cumplió la sentencia ni pagó las multas. También registra una causa por conducción en estado de ebriedad.
    • Franco Luciano Guzmán Encina (22): Acusado de hurto simple, dejó el país en mayo de 2022.
  • Más del 75% de los deportados tenía antecedentes penales: De los 45 chilenos devueltos, 35 registraban antecedentes por diversos delitos. Aunque no se entregó un listado oficial con nombres, fuentes de gobierno confirmaron delitos como tráfico, robos, hurtos y violencia. Los otros 10, sin antecedentes, fueron expulsados por estar en situación migratoria irregular, principalmente por sobreestadía.
  • Cumplir la ley migratoria es una responsabilidad básica: Muchos de los casos de deportación se originaron por decisiones personales: entrar sin visa, quedarse más tiempo del permitido o no regularizar su situación migratoria. Aun quienes relataron condiciones adversas en centros de detención, reconocen haber ignorado normas claras.
    • Uno de los deportados admitió: “Yo estaba haciendo cosas ilegales, no le miento… pero nos trataron como unos perros”.
    • Otro señaló: “No me dejaron despedirme de mi familia. No puedo volver. Mis hijos son gringos, tienen autismo… pero sabía que estaba ilegal”.
  • Condiciones de detención y traslado denunciadas, pero esperables en contexto migratorio: Aunque varios deportados denunciaron tratos que califican como denigrantes, las autoridades estadounidenses han sido claras respecto al endurecimiento de su política migratoria, especialmente bajo el segundo mandato de Donald Trump.
    • Yerko Aliaga, exbailarín de “Rojo”, afirmó: “El trato que te dan es pésimo, tirados en el suelo de una sala que le llaman la hielera, a 12 grados, sin colchonetas, sin frazadas”.
    • Ángel Espinoza, detenido en Arkansas pese a tener permiso laboral, relató: “Me trasladaron a cuatro cárceles en tres meses. No me dejaban ni bañarme ni cepillar los dientes”.
  • Familiares critican a autoridades, pero el Estado actuó dentro de sus atribuciones: Si bien hubo reclamos por la falta de apoyo consular o comunicación previa, el proceso se realizó conforme a protocolos internacionales. El Ministerio del Interior informó que el operativo se coordinó con la Cancillería, el Servicio de Registro Civil e Identificación y autoridades estadounidenses.
    • “Nos enteramos por la prensa, no por las instituciones”, reclamó el padre de una deportada.
    • El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, explicó: “El gobierno debe realizar el control migratorio, verificar identidades y poner a disposición de la justicia a quienes tengan órdenes pendientes”.
  • Testimonios apuntan a una falta de autocrítica: Algunos de los deportados, incluso quienes no enfrentaban causas judiciales, se enfocaron en relatar abusos sin asumir su responsabilidad en la irregularidad de su situación migratoria:
    • José Fernández dijo: “Pasé dos años y cinco meses en una cárcel disfrazada de centro migratorio. Nos hacían dormir en el suelo sin frazadas”.
    • Otro relató: “Allá todo está muy caro. Te meten preso por cualquier cosa, no te respetan si eres latino”.
  • Política migratoria de EE.UU. continuará expulsando a extranjeros en situación irregular: Según indicó el ministro Elizalde, “es altamente probable que se sigan produciendo expulsiones, porque esto forma parte de una nueva política que está siendo impulsada por la actual administración encabezada por el Presidente Donald Trump”.

El retorno de los 45 chilenos expone con crudeza las consecuencias de ignorar las leyes migratorias de un país extranjero. Aunque algunos testimonios relatan maltratos, lo cierto es que varios de los deportados asumieron riesgos personales que los llevaron a esta situación. La gran cantidad de antecedentes penales y la falta de autocrítica plantean una alerta sobre cómo el fenómeno migratorio debe abordarse con mayor responsabilidad individual.

Mientras algunos familiares reclamaron falta de apoyo institucional, otros reconocen que sus seres queridos estaban plenamente conscientes de que infringían normas en otro país. El caso deja una lección clara: vivir en el extranjero implica respetar las reglas del país de acogida, y cuando se infringen, las consecuencias pueden ser severas e inapelables.