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Mariann Budde, obispo woke que sermoneó a Trump tras su elección, recibió 53 millones de dólares de fondos públicos para inmigración

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La obispo episcopal Mariann Budde, conocida por su ferviente crítica al expresidente Donald Trump durante un servicio de oración inaugural, ha quedado en el centro de la polémica tras revelarse que su organización, Episcopal Migration Ministries (EMM), recibió 53 millones de dólares en fondos públicos en 2023 para el reasentamiento de migrantes. Mientras denunciaba las políticas migratorias de Trump en nombre de la “compasión”, su ministerio se beneficiaba económicamente de programas federales administrados por la administración Biden. Esta situación plantea serios cuestionamientos sobre la verdadera naturaleza de su activismo

La obispa woke Mariann Budde
Imagen real de la obispo Mariann Budde sermoneando a la audiencia tras la victoria de Trump

Puntos Claves:

Los millonarios fondos de EMM
  • 53 millones de dólares en 2023: Según informes, EMM recibió esta enorme suma de dinero del gobierno para reasentar a 3,600 migrantes en ese año.
  • 6,400 individuos en 2024: A pesar de no haber cifras oficiales sobre los fondos de 2024, el programa patrocinó a personas de 48 países, incluyendo Afganistán, el Congo y Vietnam. La cifra puede ser importante, lo que sumado con el 2023 deja en claro que es una actividad muy lucrativa.
  • Beneficios económicos: Los migrantes reasentados acceden a asistencia social como Medicaid y subsidios, lo que convierte a estos programas en una fuente de ingresos constante para la iglesia.
Hipocresía y activismo político
  • Discurso moralista, pero con intereses económicos: Budde usó el púlpito para criticar a Trump, pidiendo “misericordia” para inmigrantes y comunidades LGBTQ, mientras su organización recibía millones en financiamiento gubernamental.
  • Trump responde: El expresidente denunció a Budde como una activista de izquierda disfrazada de líder religiosa, señalando que ignoró el daño causado por los inmigrantes ilegales y la creciente criminalidad.
  • Iglesia o negocio gubernamental: La relación entre la Iglesia Episcopal y el gobierno de Biden genera dudas sobre su independencia. Al recibir estos fondos, la iglesia actúa más como una contratista del Estado que como una organización religiosa.
Los oscuros detalles del programa
  • El programa “Preferred Communities”: Iniciado en la administración Obama, otorga financiamiento extra a EMM por reasentar refugiados LGBTQ, víctimas de tortura y personas con enfermedades crónicas.
  • Subvenciones estatales: A través del programa «Matching Grant», por cada 10 centavos aportados por EMM, el Departamento de Salud y Servicios Humanos otorga 1 dólar adicional.
  • Negocio con préstamos de viaje: La Iglesia Episcopal retiene el 25% de los reembolsos de los préstamos sin intereses otorgados a refugiados para su viaje a EE.UU.
El peligro de una religión patrocinada por el Estado
  • ¿Separación entre iglesia y Estado?: Mientras la izquierda clama por la separación de la religión y la política, el caso de Budde demuestra que ciertas iglesias son recompensadas por promover la agenda gubernamental.
  • Modelo chino de control religioso: En China, el régimen controla la iglesia cristiana para alinearla con su narrativa. En EE.UU., el gobierno progresista parece estar replicando este modelo, usando el financiamiento público para influir en la predicación de ciertas iglesias.

La obispo Budde, que se presentó como una voz moral contra la administración Trump, ahora enfrenta preguntas incómodas sobre los beneficios financieros de su ministerio. En un contexto donde las iglesias deberían servir como faros de moralidad y principios, su involucramiento en programas gubernamentales altamente lucrativos pone en duda sus verdaderos motivos. ¿Se trata realmente de fe y compasión, o simplemente de seguir el dinero?

Además, resulta casi inevitable hacerse estas preguntas en un contexto nacional. Este caso puede dar luces de las motivaciones y técnicas ocupadas por Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), ambas instituciones ampliamente cuestionadas por activismo político y mal uso de recursos públicos, generando círculos viciosos de gasto y deterioro social.