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Adulta mayor aymara es asesinada en Quebe, Colchane: ya había sido amenazada por inmigrantes ilegales previamente. Comunidad local acusa negligencia y abandono
Durante esta semana, fue hallado el cuerpo sin vida de Maximiliana Amaro Mamani, una adulta mayor de 85 años perteneciente a la comunidad aymara de Quebe, en la comuna de Colchane. La Policía de Investigaciones investiga el crimen como un homicidio en contexto de robo, mientras que organizaciones indígenas y familiares acusan una negligencia del Estado y exigen justicia.
Puntos Claves:
Hallazgo del cuerpo y primeras diligencias: El cuerpo de Maximiliana Amaro Mamani, de 85 años, fue encontrado en el piso del dormitorio de su vivienda en la localidad de Quebe, comuna de Colchane. La mujer fue hallada por su hija el lunes 14 de abril, luego de que vecinos advirtieran que no la veían desde el viernes anterior. Al llegar, encontraron la casa con un desorden evidente. El fiscal del Tamarugal, Hardy Torres, ordenó que personal de la Brigada de Homicidios de la PDI y el Servicio Médico Legal concurrieran al lugar para iniciar la investigación.
Investigación por homicidio en contexto de robo: Según la Policía de Investigaciones, el análisis del sitio del suceso y el testimonio de familiares permitieron establecer que Maximiliana habría sido víctima de un robo con homicidio. El subprefecto Christian Sayago confirmó que, junto al Servicio Médico Legal, se concluyó que la mujer sufrió un “trauma cerrado”, indicando que hubo intervención de terceros. La nieta de la víctima denunció que su abuela guardaba 2 millones de pesos correspondientes a su jubilación, los cuales habrían sido robados.
Antecedentes de amenazas y vulnerabilidad previa: Maximiliana ya había denunciado amenazas a su integridad en el pasado. En 2021, durante la crisis migratoria en la frontera norte, alertó que un migrante irregular la encañonó con un arma de fuego tras sorprenderlo dentro de una vivienda deshabitada. Además, denunció haber sido víctima de otros robos en su hogar. Pese a estas alertas, no habría recibido la protección adecuada de parte de las autoridades.
Reacción de la comunidad aymara y organizaciones indígenas: El asesinato de Maximiliana ha causado profunda conmoción en la comunidad aymara. La Fundación Andina Pirqa emitió un comunicado en el que expresaron: “Con profundo dolor y rabia, denunciamos el asesinato de Maximiliana Amaro Mamani. No solo han apagado una vida valiosa, sino que han herido profundamente al pueblo aymara”. La Agrupación Indígena de Quipisca y otras organizaciones también se sumaron a las demandas de justicia, denunciando que el crimen fue una tragedia anunciada debido a la falta de medidas preventivas.
Acusaciones de abandono estatal y exigencias de justicia: El comunicado del pueblo aymara fue enfático en señalar una responsabilidad estatal en la falta de protección a las zonas rurales e indígenas. “¡Esto no fue un accidente, fue una tragedia anunciada y una negligencia del Estado!”, afirmaron. La comunidad exige una investigación completa, sanción a los responsables y medidas urgentes para garantizar la seguridad de los habitantes de sectores fronterizos como Colchane.
Inseguridad persistente en la comuna de Colchane: La muerte de Maximiliana se enmarca en un contexto de creciente inseguridad denunciado desde hace años por las comunidades locales. El ex encargado de comunicaciones de Colchane, Rodrigo Martínez, señaló que más del 54% de los habitantes han abandonado la comuna debido a hechos delictuales vinculados al ingreso irregular de migrantes. Este nuevo crimen reaviva las demandas por mayor presencia del Estado en la zona y protección a las comunidades originarias.
La trágica muerte de Maximiliana Amaro Mamani ha removido a toda la comunidad aymara y al país. Su asesinato no solo representa la pérdida de una mujer sabia y respetada, sino también evidencia la deuda histórica del Estado con los pueblos originarios, especialmente en contextos de vulnerabilidad extrema como los que enfrentan las zonas rurales de la frontera norte.
El llamado de su familia y comunidad es claro: justicia, verdad y respeto. La memoria de Maximiliana, guardiana de saberes ancestrales y símbolo de resistencia, quedará en el corazón del pueblo aymara, que ha prometido no descansar hasta que su muerte no quede impune.