

El presidente Gabriel Boric protagonizó un polémico episodio en el marco de la discusión de la reforma de pensiones, elevando el tono de manera alarmante al defender el objetivo del 6% adicional de cotización propuesto por su gobierno. Este episodio, lejos de mostrar liderazgo, dejó en evidencia la fragilidad de la postura del Ejecutivo frente a un proyecto que ha generado más dudas que certezas.
Video real obtenido de Redes Sociales/Fuente externa
💬Boric, a gritos y fuera de sí, dejó clara su posición: ¡el 6% adicional de cotización es para reparto! y que las AFP son lo peor del mundo.
— 🇨🇱 𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐈𝐀́𝐍 𝐀𝐑𝐀𝐘𝐀 👊 DIPUTADO (@cristian_arayal) January 6, 2025
Me recordó a un discurso en blanco y negro de 1934, pero con menos producción. 🎥 pic.twitter.com/PBLnv5FsvF
A pesar de los esfuerzos del gobierno por defender su postura, el tono utilizado por el presidente Boric ha generado un rechazo transversal, evidenciando la fragilidad de su liderazgo en un tema crucial para millones de chilenos.
Más allá de la retórica, surge una pregunta inevitable: si Boric realmente desconfía del sistema de AFP y cree que abusa de los cotizantes, ¿por qué no presenta una reforma más ambiciosa que elimine de raíz estos problemas? ¿Es el 6% adicional una solución real o un mero paliativo ideológico para calmar a sectores de su coalición? La falta de respuestas concretas y la ausencia de consensos dejan en vilo el futuro de la reforma previsional, mientras la ciudadanía sigue esperando un cambio que realmente mejore sus pensiones.
El tono confrontacional de Boric ha generado sospechas entre analistas, quienes sugieren que podría tratarse de una estrategia deliberada para entorpecer su propia reforma de pensiones. El rechazo que provoca su actitud es tan predecible que algunos consideran que busca atribuir el eventual fracaso del proyecto a una oposición inflexible, desviando así la atención de las debilidades del diseño gubernamental.
Esta hipótesis plantea dudas sobre las verdaderas intenciones del mandatario: ¿es un intento de salvaguardar su imagen política o un cálculo para evitar enfrentar las contradicciones de su propuesta? Sea cual sea el motivo, esta actitud no solo agrava la polarización, sino que también debilita la confianza en la posibilidad de un cambio real.