En plena crisis institucional y financiera, el escritor Jorge Baradit fue designado como miembro del directorio del Parque Cultural de Valparaíso, un nombramiento impulsado por el delegado presidencial Yanino Riquelme (PC) y que ha sido duramente criticado desde la oposición por falta de experiencia y presunto amiguismo. La designación se da en un contexto de deudas millonarias, renuncias, denuncias por maltrato laboral y un embargo del Consejo de Defensa del Estado, lo que ha encendido las alarmas sobre la seriedad y el criterio con que se están tomando decisiones en torno a un espacio cultural clave para la región.
Puntos Claves:
- Nombramiento de Baradit en medio de crisis grave: En una de las peores crisis que ha enfrentado el Parque Cultural de Valparaíso, el escritor Jorge Baradit fue designado como nuevo director del recinto. Su incorporación fue decidida por el delegado presidencial Yanino Riquelme (PC), y ocurre tras una serie de renuncias, deudas impagas y problemas administrativos que tienen al centro cultural al borde del colapso.
- Centro cultural arrastra severos problemas financieros: El Parque Cultural enfrenta una crisis estructural que incluye sueldos impagos, denuncias por maltrato laboral, falta de un director ejecutivo, y un directorio incompleto hasta la llegada de Baradit. Además, existe un embargo por más de $160 millones interpuesto por el Consejo de Defensa del Estado debido a irregularidades administrativas en rendiciones de fondos públicos.
- Renuncias por abandono institucional y escándalos: La expresidenta del directorio, Gianina Figueroa, renunció en mayo denunciando abandono institucional y advirtió que el Parque enfrenta dos procesos activos con el CDE, con fondos embargados que impiden su funcionamiento. Su reemplazante, Vladímir Morales, dimitió en menos de 24 horas debido a que se hizo público que fue condenado por fraude al fisco en 2010.
- Críticas a Baradit por falta de competencias técnicas: El diputado Andrés Celis (RN) denunció que el nombramiento de Baradit es un ejemplo de “amiguismo e improvisación”, señalando: “No hay trayectoria, ni competencias, ni argumentos técnicos que justifiquen este nombramiento, el Parque requiere liderazgo profesional, no cuoteos políticos disfrazados de gestión”. El parlamentario anunció que ofició a la Delegación Presidencial para exigir explicaciones.
- Vínculos políticos y rol en comando presidencial: Baradit, exconvencional y figura mediática cercana al oficialismo, recientemente se integró al comando presidencial de Jeannette Jara (PC). Aunque asegura que su cargo en el Parque es ad honorem, su designación por parte de una autoridad del mismo partido refuerza las sospechas de cuoteo político y favoritismo ideológico en una institución que enfrenta serias dificultades para sobrevivir.
- Baradit justifica su nombramiento como aporte ciudadano: En entrevistas, el escritor defendió su presencia en el directorio afirmando que no percibirá sueldo (supuestamente) y que pretende contribuir a resolver los problemas del recinto. “Me informó la situación del parque y me invitó a ser parte de la solución”, señaló, agregando que el recinto “debe ser el faro cultural de esta ciudad”. Incluso si fuera verdad lo señalado por Baradit, sigue siendo desconcertante la decisión, dado que de todas formas la institución requiere con urgencia una dirección y orden interno, no una simple ayuda testimonial o moral.
- Desconfianza ciudadana y falta de plan concreto: A pesar de las declaraciones públicas, las críticas apuntan a que no existe un plan claro ni experiencia de gestión cultural concreta que respalde la llegada de Baradit. Las soluciones propuestas por él incluyen ordenar rendiciones, negociar con el CDE, buscar un nuevo director ejecutivo y definir una visión común, pero aún no se ha detallado cómo se ejecutarán estas medidas ni con qué recursos.
- Delegación presidencial y Ministerio de las Culturas bajo cuestionamiento: La crisis del Parque no solo involucra a su directorio, sino que ha puesto bajo la lupa la gestión del delegado presidencial Riquelme y del Ministerio de las Culturas, que han sido acusados de actuar con desidia y falta de rigor. El senador Tomás de Rementería (PS) pidió esclarecer la situación financiera para evitar el cierre del recinto, aunque evitó referirse directamente al nombramiento de Baradit.
- Acumulación de conflictos y pérdida de credibilidad: Durante febrero, se reportaron despidos injustificados y denuncias por maltrato laboral. Las polémicas con exposiciones artísticas y la percepción de abandono desde el Estado han deteriorado la confianza pública en la capacidad institucional de salvar al Parque Cultural. La designación de figuras políticas sin experiencia concreta en gestión solo agudiza este clima de desconfianza.
- Crítica a falta de profesionalismo en nombramientos clave: La situación del Parque Cultural de Valparaíso representa un caso preocupante de cómo la precariedad institucional y la politización de cargos pueden poner en riesgo espacios culturales clave para el país. La falta de criterios técnicos y la utilización de cargos sin remuneración como excusa para nombramientos polémicos plantea serias dudas sobre la forma en que se administra el patrimonio cultural en Chile.
El nombramiento de Jorge Baradit como director del Parque Cultural de Valparaíso no puede desligarse del contexto de crisis profunda en que se encuentra esta institución. Si bien el escritor ha manifestado voluntad de aportar, su llegada ha sido vista más como una maniobra política que como una solución estructural. En medio de una situación financiera asfixiante, la falta de una hoja de ruta clara, la precariedad institucional y la opacidad de los criterios de designación exigen mayor responsabilidad por parte de las autoridades.
Resulta preocupante que, frente a la posibilidad de salvar un espacio cultural icónico del país, se recurra a nombramientos que priorizan afinidades políticas por sobre capacidades técnicas. La cultura no puede seguir siendo el terreno del cuoteo ni de los gestos simbólicos vacíos: requiere compromiso, experiencia y responsabilidad real. La comunidad cultural de Valparaíso y del país merece algo más que improvisación.