Boric decreta Estado de Emergencia en Maule y Ñuble y toque de queda en comunas de La Araucanía ante riesgo de incendios forestales: breve resumen situación nacional
En un claro contraste de enfoques frente al desafío migratorio, Estados Unidos dio inicio a una de las mayores operaciones de deportación masiva en su historia, utilizando aviones militares y desplegando un amplio operativo nacional. Mientras tanto, Chile realizó su primer vuelo de deportación del año, con apenas 37 extranjeros expulsados. Este simultáneo inicio de operativos evidencia marcadas diferencias en las políticas migratorias y en la capacidad de gestión entre ambas naciones.
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Puntos Claves:
Estados Unidos lanza operación de deportación masiva:
Primeros vuelos militares: Estados Unidos inició vuelos de deportación masiva usando aviones militares como los C-17 y C-130, enviando a migrantes bajo custodia de la Patrulla Fronteriza a sus países de origen. El primer vuelo, con destino a Guatemala, transportó entre 75 y 80 personas.
Detenciones y redadas: En solo un día, 538 migrantes fueron arrestados por ICE, incluyendo individuos con antecedentes criminales graves como miembros del Tren de Aragua y acusados de delitos sexuales contra menores.
Costos elevados: Usar aviones militares para estas deportaciones implica costos significativos, entre USD 252,000 y USD 852,000 por vuelo, muy superiores a los vuelos chárter habituales. Pese a esto, la administración Trump justificó los gastos bajo la emergencia nacional declarada en la frontera sur.
Mensaje claro: Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, destacó que los operativos representan el cumplimiento de las promesas de campaña de Donald Trump: “Promesas hechas. Promesas cumplidas”.
Chile deporta a 37 extranjeros en su primer operativo de 2025:
Operación limitada: El gobierno chileno deportó a 37 extranjeros a Bolivia, Colombia y Ecuador en un vuelo chárter. La mayoría de los deportados tenían antecedentes penales graves como tráfico de drogas, porte ilegal de armas y robos violentos.
Esfuerzos administrativos: 21 de las deportaciones se realizaron por órdenes administrativas debido a infracciones migratorias, mientras que las otras 16 fueron dictadas por tribunales tras sentencias condenatorias.
Despliegue de seguridad: La operación contó con 43 oficiales de la Policía de Investigaciones como escoltas, dado el perfil de los deportados. No es exageración decir que hay más policías que realmente deportados.
Avances insuficientes: Durante 2024, Chile logró deportar a 1,100 extranjeros, cifra que, aunque representa un aumento respecto a años anteriores, es aún muy limitada frente al flujo migratorio irregular que enfrenta el país.
El contraste entre las políticas de ambos países:
Volumen y magnitud: Mientras Estados Unidos deporta cientos de personas diariamente, utilizando recursos militares y ejecutando redadas en múltiples ciudades, Chile muestra una capacidad limitada, expulsando 37 personas en su operativo inicial del año.
Mensajes divergentes: Donald Trump refuerza su postura de mano dura, declarando que “ningún inmigrante está seguro” y llevando a cabo redadas en bastiones demócratas como Boston y Chicago. Por su parte, el gobierno de Gabriel Boric se enfoca en un discurso de mejora administrativa y tecnológica, aunque los resultados no reflejan un cambio drástico en la capacidad de gestión.
Impacto y percepción: El contraste se acentúa al considerar que ambos operativos iniciaron el mismo día, subrayando la diferencia en escala y contundencia entre las acciones de ambos gobiernos.
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37 personas fueron expulsadas hoy del país en un vuelo chárter con destino a Bolivia, Colombia, Ecuador. ✈
A pesar de los esfuerzos anunciados, las acciones del gobierno chileno lucen insuficientes y simbólicas frente a la magnitud del desafío migratorio y la grave crisis de seguridad que enfrenta el país. Mientras Estados Unidos adopta medidas enérgicas y de gran alcance, en Chile persiste una actitud de conformismo que no logra responder a las expectativas ciudadanas de mayor firmeza y determinación en el control migratorio.
La ciudadanía espera un liderazgo decidido que no solo prometa mejoras administrativas, sino que ejecute acciones concretas y efectivas para abordar el flujo migratorio y los delitos asociados. La falta de voluntad política para enfrentar este problema de manera contundente no solo genera frustración, sino que agrava la percepción de inseguridad y deja en evidencia un preocupante vacío en la capacidad de gestión gubernamental.