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La NASA confirma que una señal extraterrestre detectada en 1980 provino de un planeta destruido

Ilustración de destrucción de un planeta lejano Imagen generada con IA. Click para ampliar T
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Una misteriosa señal de rayos X detectada por primera vez en 1980 desde la Nebulosa de la Hélice ha sido finalmente explicada por la NASA. Investigaciones recientes han concluido que la señal proviene de los restos de un planeta que fue destruido por la intensa gravedad de una enana blanca, la estrella WD 2226-210. Gracias a observaciones combinadas de los telescopios Chandra y XMM-Newton, los astrónomos lograron resolver un enigma que había desconcertado a la comunidad científica durante más de cuatro décadas.

Puntos Claves:

  • Origen de la señal misteriosa: La señal de rayos X fue detectada por primera vez en 1980 en la Nebulosa de la Hélice, ubicada a unos 650 años luz de la Tierra. La emisión procedía de la estrella WD 2226-210, una enana blanca en el centro de la nebulosa.
  • Investigación de larga data: Durante más de 40 años, observatorios espaciales como el Observatorio Einstein, ROSAT, Chandra y XMM-Newton han monitoreado la señal, buscando una explicación para su alta energía, algo inusual en este tipo de estrellas.
  • Un planeta destruido: La NASA determinó que la señal se debe a los restos de un planeta similar a Júpiter, el cual migró hacia el interior del sistema hasta ser despedazado por la intensa gravedad de la enana blanca.
  • Formación de un disco de escombros: Luego de su destrucción, los restos del planeta formaron un disco de material alrededor de la enana blanca, cayendo gradualmente sobre su superficie y generando la emisión de rayos X detectada.
  • Confirmación del hallazgo: La señal se ha mantenido estable en brillo desde 1992, con variaciones cada 2,9 horas, lo que sugiere la presencia de restos planetarios cercanos. Este sería el primer caso confirmado de un planeta destruido en una nebulosa planetaria.
  • Implicaciones para la astrofísica: La investigación ofrece nueva información sobre el destino de los sistemas planetarios tras la muerte de su estrella principal. El hallazgo podría ayudar a entender cómo evolucionan los exoplanetas en sistemas similares al nuestro cuando su estrella entra en sus últimas etapas de vida.
  • Publicación en revista científica: El estudio fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y contó con la colaboración de investigadores de la NASA, el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este descubrimiento no solo resuelve un misterio de más de 40 años, sino que también abre nuevas posibilidades para el estudio de la evolución de los sistemas planetarios en torno a enanas blancas. Con el tiempo, más investigaciones podrían revelar otros casos similares y ayudar a comprender mejor el destino de los planetas en los últimos días de sus estrellas.