Señales de extrema izquierda: Sesión por Caso ProCultura se suspende tras agresión del diputado Jaime Naranjo a José Carlos Meza. Diputados PS minimizan la agresión miserablemente
Señales de extrema izquierda: Sesión por Caso ProCultura se suspende tras agresión del diputado Jaime Naranjo a José Carlos Meza. Diputados PS minimizan la agresión miserablemente
Tregua Comercial de 90 Días Entre Estados Unidos y China Impulsa Mercados Globales y lleva a la Bolsa de Santiago a Récord Histórico. Señales de optimismo o alivio
Más de 18 mil vacunas contra el Covid-19 fueron registradas como aplicadas después de su vencimiento: Contraloría detecta graves fallas administrativas en el Minsal
Una intensa polémica sacudió las redes sociales en Chile tras la difusión de la más reciente campaña del Día de la Madre de Falabella, que incluyó a una modelo con rasgos caribeños. La iniciativa, que buscaba transmitir un mensaje de diversidad, terminó siendo duramente cuestionada por numerosos usuarios que sintieron que la imagen publicitaria no representaba a la mujer chilena, acusando una “inclusión forzada” que invisibiliza la identidad local.
Captura de Publicación real de Falabella
Puntos Claves:
Polémica por campaña de Falabella en Día de la Madre: La empresa chilena lanzó una publicidad con el eslogan “No todas las mamás son iguales, pero todas merecen lo mejor”, protagonizada por una modelo de piel morena, lo que desató un fuerte debate en redes sociales. Los cuestionamientos apuntaron a que la figura elegida no representa a la mayoría de las madres chilenas.
Reacciones divididas en redes sociales: Mientras algunos usuarios apoyaron el mensaje inclusivo, una gran cantidad expresó su molestia por considerar que la campaña responde a una narrativa impuesta, desconectada de la realidad nacional. En Instagram y X, muchos comentarios apuntaron a que la mujer mostrada no refleja el perfil cotidiano de la madre chilena.
Críticas a la falta de representación local: Uno de los comentarios más virales señalaba que “las chilenas no nos vemos así, no somos negras, afrodescendientes ni zambas”, para luego describir con detalle una serie de características culturales y físicas que, según esa perspectiva, representan a la mujer chilena común. “Somos mujeres chilenas, no caribeñas”, cerró esa usuaria.
Acusaciones cruzadas de racismo e imposición ideológica:
Para algunos, la molestia respondía a una defensa legítima de la identidad cultural y social del país. Consideran que las marcas no deben forzar representaciones ajenas a su contexto nacional, y que este tipo de campañas terminan por excluir al propio pueblo chileno.
Otros usuarios, en cambio, acusaron racismo y xenofobia en los comentarios críticos. “Son unos Nórdicos de Temu”, ironizó una cibernauta, mientras otro afirmaba: “Ahora ponen a una mujer morena y se enojan”.
Debate sobre inclusión y estereotipos: La discusión se amplió a cuestionamientos sobre qué significa ser madre en Chile, señalando la omisión de figuras como las madres adoptivas o cuidadoras. A pesar del lema “Arriba mamás, tal como son”, se acusó que el mensaje quedaba corto y selectivo. Algunas voces destacaron que la estética de la campaña no solo era ajena, sino también excluyente para muchas mujeres chilenas.
Empresas bajo presión por tendencias globales: Falabella se sumó a una creciente lista de marcas que han adoptado discursos de diversidad en sus campañas, aunque no siempre con buenos resultados. Para muchos críticos, este tipo de decisiones responde más a una estrategia de imagen influida por tendencias internacionales que a una conexión genuina con la identidad chilena. En ese sentido, se acusó que la publicidad termina imponiendo estereotipos importados y anulando las formas locales de ser mujer, madre y chilena.
Llamado a representar sin forzar: Una parte significativa de los usuarios pidió a las marcas como Falabella ser más conscientes del entorno cultural en el que operan. Argumentan que “forzar” una representación es también una forma de imposición que puede terminar siendo excluyente para el mismo pueblo que se dice querer representar.
¡La mujer chilena no es así!
Lamentable cómo #Falabella dejó de ser esa marca chilena que influía significativamente en el ánimo del consumidor porque apelaba, precisamente, a nuestras emociones, valores e identidad chilena. @Falabella_Chilepic.twitter.com/MZT3rGXZNn
Sres @Falabella_Chile , pueden irse un rato a la cresta con eso de meternos los venezolanos a la fuerza, aprendan de Peru, estoy seriamente evaluando cerrar mis cuentas de retail y banco de ustedes si están en esta parada. pic.twitter.com/pCRZMZSpLk
El revuelo causado por la campaña de Falabella refleja una tensión social latente: cómo equilibrar la inclusión sin desdibujar la identidad propia. Lo que comenzó como un mensaje de celebración a las madres, terminó abriendo una discusión más amplia sobre pertenencia, representación y el marketing al servicio de una narrativa.
Para muchas mujeres chilenas, la controversia no fue solo sobre una imagen, sino sobre un sentimiento profundo de invisibilización. Sentirse desplazadas en su propio país por discursos forzados desde empresas que, en su afán por alinearse a modas globales, olvidan representar con respeto a quienes dicen homenajear.